viernes, 9 de marzo de 2012

No sé por qué no me afecta estar en el tercer piso por tercera vez. Tal vez no fue tan chocante como el año pasado, en el que me cambiaron la cómoda planta baja con la que había soñado todo un futuro juntas (ok, no) por el estúpido, agitante y volverdelcamporapidisimoparahacerlatareaqueayermediopajahacerytenerquesubirlosputostrespisosytranspirarmelavida tercer piso.
Pero ahora no fue tan así, porque es sólo un piso menos. Bueno, un piso que salís del aula y ya tenés la escalera que te deja en el claustro para salir derechito a la calle. Pero no tiene quiosco, y creo que tampoco ventana, no me acuerdo.
Será tal vez que no me afecta porque estoy medio alejada del colegio, porque ayer pensé que tal vez hasta sería mejor si me cambiara de colegio, y entonces me la soba el piso que me va a tocar.

No me molestaría perder el concurso, lo que me molestaría es no poder participar. Eso me haría llorar.

Me re jode que el corrector de ortografía no acepte palabras como tenés, podés y esas argentinidades.

Un día les voy a mostrar a Azul. Es hermosa y solamente me costó 15 pé. El problema es que a la impresora la está arreglando y no la puedo scannear. Ustedes se la pierden, es linda por donde la miren. Ok, no; si le miran la boca no es tan linda, pero sus ojos, ¡sus ojos!

Si me comentan les digo la impresión que tuve de ustedes cuando los vi por vez primera.

2 comentarios:

  1. Es una proposición tentadora... Me arriesgo.

    Che, los re cagaron con el tercer piso. ¿Por qué siempre a ustedes? Hay 5 años en el Colegio.

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  2. Holu, qué/quién es Azul?
    PD: si, yo quiero saber

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