domingo, 12 de abril de 2015

God bless the peronch moustache // En este mundo hay mucha gente // Notas arbitrarias de un sábado cualquiera

Hay una chica  con la vibra de Carola Reyna en La Niñera que vos decís a ver qué pelotudés vas a decir, pero no, nada tonta che.
Hay cuatro chicas en la misma habitación comunicándose con sus celulares inteligentes con otras chicas que seguro también están con amigas comunicándose con celulares con otras habitaciones.
Hoy un chico muy feo con una casa muy linda en no sé cuál de todos los Palermos con una campera DC que en un rató aclarará de dos mil pesos, justo después de que yo desubicadamente se la salpique con Gancia ONE.
Hay un chico que le gusta la cumbia under (Rombai, Marama) que tiene mucho miedo del verdadero cachengue al cual califica como "cumbia turbia". Se ganará todo mi odio cuando se niegue a reproducir "Una Flor" desde su Iphone de mierda.
Hay un estudiante de la UTN de 21 pero parece de 25, y me da esperanza porque me hace creer que la fiesta no se termina a los 20.
Hay una gordita aria con aire de oktoberfest a la que el dueño de casa mira con recelo decidido a echarla en cuento le manche el sillón con sus entrañas.
Hay un metro ochenta con contextura de rugbier y bigote peroncho que re pintó.
Hay un tachero que me pregunta si sé reconocer el oro y yo le respondo que no mientras chequeo el pestillo de la puerta.
Hay una señora que no para de hablar un segundo, porque le asusta enfrentarse con la estrechez de su propia mente.
Hay un nenito que irrumpe salvajemente y toca todos los botones del post net.
Hay una señora que no vende manzanas sino bolita y churro y  la gorda que vive dentro (que de vez en cuando hace acto de presencia) no puede decirle que no al dos por cinco.
Hay un chabón de 40 años que le gusta mucho trabajar y también tuvo un ataque de pánico.
Hay un nene al que no le gusta comer o hablar o mirar el sol o nada que no implique pantallas con dibujos animados.
Hay una tontita que perdió el último tren y ahogó sus penas en ButterToffies mientras espera el colectivo.
Hay dos chabones decididos a gastar sus ahorros en escabio y viajar dos horas a cambio de la remota posibilidad de ponerla. Pelotudos, inviertan su tiempo en libros.
Hay muchos metaleros luciendo sus disfraces.
Hay un colectivo de mierda que no viene y me hace mirar a la gente y escribir boludeces.

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