sábado, 21 de febrero de 2015

Divagar: Desviarse, al hablar o al escribir, del asunto del que se está tratando. Andar sin rumbo fijo.

Hay gente que cuando escuchar música linda les dan ganas de bailar. Otros de chapar. Otros de tocar esos instrumentos. Otros de agarrar el vasto universo con las dos manos. Otros de meterse todo lo bueno del mundo en el pecho. Otro de salir al mundo sonriendo y besar y abrazar a todos los desconocidos, solo para redistribuir el superávit de felicidad. Otros de fruncir el ceño y levantar los hombros mientras niegan con la cabeza cuando lo que quieren es asentir, es decir "la puta madre, que lindo". Otros quieren ser buenos, de repente. Dejar de estar tan enojados con el mundo y con su madre y con la gente pelotuda (que a fin de cuentas no tienen la culpa de ser pelotuda) (no tanto) (porque hay una mezcla de libre albedrío con destino, con herencia). Otros, cuando escuchan una canción que realmente les gusta, sienten fluir la serotonina por cada parte de su cuerpo (sienten y asienten cada parte de su cuerpo). Otros se amigan con si mismos, porque reconocen ser pelotudos, por cuenta propia y por lo que vino innato. Otros, cuando siente la vida envolviéndole la piel caminan por la calle, y encuentran la belleza en cada una de las personas del mundo. Porque entienden que no son modelos, sino seres que transitaron por caminos super distintos pero tan parecidos, y les quedaron las (bellísimas) marcas en la cara. Entonces estos otros no pueden mas que arrodillarse, besarles los pies con devoción a los sufrientes que de una u otra manera siguen viviendo. Transmitirles: "sos muy valiente, no importa lo que Estados Unidos diga".
Otros sienten el dedo deslizándose por la cuerda de una nota a otra, y se dan cuenta de que eso es mas hermoso que la composición entera. Y sonríen tanto que se quedan ciegos.

Yo agarro y escribo sin pensar mucho, mientras me estallan los oídos.

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