lunes, 15 de junio de 2015

Mi reino por un 4

no quiero estudiar la puta madre
solo quiero escuchar cumbia
y bailar cumbia hasta
hasta convertirme en ese beat:
chichi chi chichi
en la médula espinal de todas sus canciones

que me importa qué dice Weber, Foucault
esos extraños de nombres tan raros e ideas excelentes
(que los lees y te dejan la cabeza hecha una cumbia)

pero
yo sólo quiero convertirme en canción

en el aire

en la magia entre dos personas que se mueren por tirarse la boca
que tienen la libertad de no rendir sus conocimientos ante nadie
y que sólo deben concentrarse
en verse lo más relajados posibles.



Voy a poner los apuntes unos encima de otro
y arriba de mi tarima intelectual
voy a tirarme altos pasos
llenos de profanación

No señor, yo sí estudié.
Pero los movimientos centrífugos y centrípetos del cachengue
hicieron que mis conocimientos se quedaran pegados en las paredes
¿acaso soy culpable de las leyes de la física?
No, apenas soy una de sus tantas víctimas.

Mire, hagamos algo:
usted me aprueba la materia y yo le enseño cómo
modificar ese rictus en la cara, ese ceño tan marcado
y ese aire a mala vida que se le huele desde el pasillo.
Sólo déjeme poner play.



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