jueves, 31 de julio de 2014

Jorge Rial

Se levantó de su colchón sommier (ese con resortes independientes)
No sé calzó las pantuflas (le gustaba caminar sobre la losa radiante)
Se puso una bata de seda (un regalito de alguno de sus amigos)
Tomó un te negro (comprado cuando fue de vacaciones a UK)
No se cambió rápido (era dificil elegir entre tantos trajes, entre tantas corbatas)
Miró la hora en su  Rollex (estaba llegando tarde)
En el tráfico se puso de mal humor (¡esos autos viejos hacían tanto ruido!)
Obviamente lo descargó en sus empleados (ellos respondieron muy dócilmente)

Evitó los llamados de su madre, recibió pedidos de amigos, tomó un té negro en la soledad de su escritorio.
Cuando ya era de noche, paró donde siempre. Tomó otro te negro, tuvo sexo y se fue a su casa.

Al momento de acostarse, decidió colocar la almohada de plumas en la otra punta de la cama, es decir donde siempre iba los pies. Había leído que era muy sano hacer cosas nuevas todos los días. 

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