martes, 6 de enero de 2015

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¿Te acordás cuando tenías 17 años, que estabas abrazado al cuerpo de tu primera novia y sentías el elixir de la inmortalidad corriéndote por las venas? ¿no? Cuando pensaste que por fin pudiste superar el fantasma de tu padre, el perfil conductual autodestructor de toda tu familia. Cuando pensaste que por primera vez en la historia evolutiva pudiste torcer el destino con tus brazos pueriles,y lograste chuparle el picaporte a las puertas de la felicidad.


Es muy divertido ver cómo te incinerás las neuronas calculando el momento exacto en el que todo se fue a la mierda. Qué lindo que sos cuando te desgranás el relleno del cráneo preguntándote por qué terminaste siendo un pobre pelotudo.

2 comentarios:

  1. Ay! No creo que un pibe de 17 se plantee tantas cosas, ni que analice cada segundo de lo que le fue sucediendo. Se me hace que le pasan las cosas y chau, nomás, los hombres no piensan ni analizan como nosotras.

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  2. ay, me gustó mucho lo de chuparle el picaporte a las puertas de la felicidad

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